Francisco Cano
Abogado Colegiado Icamur 7.751
Una hipoteca verde es un tipo de préstamo hipotecario diseñado específicamente para respaldar la adquisición, remodelación o construcción de viviendas sostenibles. Se considera una vivienda sostenible aquella que posee certificación energética y adopta prácticas respetuosas con el medio ambiente, contribuyendo así a la reducción de la contaminación y generando ahorros en los costos energéticos asociados.
En esencia, con una hipoteca verde, es posible financiar la compra de una vivienda que cumpla con criterios de eficiencia energética. Además de las hipotecas verdes, existen productos similares como préstamos verdes, que se destinan, por ejemplo, a llevar a cabo mejoras de eficiencia energética en el hogar, financiar la compra de un vehículo eléctrico, instalar paneles solares, entre otras iniciativas sostenibles.
Para obtener el certificado energético de una propiedad, es necesario contratar a un técnico especializado después de cumplir con los requisitos establecidos para dicho certificado. Este profesional llevará a cabo una evaluación detallada de la vivienda, considerando aspectos como el aislamiento, la instalación del agua, la refrigeración, entre otros.
Se sugiere realizar algunas mejoras antes de la visita del técnico para obtener un certificado más favorable. Estas mejoras pueden incluir la mejora del aislamiento de las ventanas, la instalación de bombillas de bajo consumo y la reparación de posibles desperfectos.
El costo del certificado energético no tiene un precio fijo, pero generalmente oscila entre 150 € y 450 €, dependiendo también de las características específicas del edificio que se va a evaluar.
Para acceder a una hipoteca verde, es necesario cumplir con dos condiciones esenciales.
Si estás considerando la posibilidad de optar por una hipoteca verde, es importante conocerlas ventajas clave que ofrece este tipo de financiamiento:
Contrario a la idea de que una hipoteca verde pueda resultar más costosa, ocurre precisamente lo contrario. Este tipo de préstamo hipotecario cuenta con una tasa de interés bonificada, la cual se otorga como reconocimiento por elegir una vivienda que cumple con estándares de responsabilidad social y ambiental. En esencia, aparte de esta distinción, el funcionamiento de la hipoteca verde sigue siendo idéntico al de una hipoteca convencional.
El propósito fundamental de una vivienda sostenible es disminuir las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) y mejorar la eficiencia energética, lo que se traduce en una reducción del consumo de energía. Este menor consumo no solo beneficia al medio ambiente, sino que también impacta positivamente en el bolsillo del consumidor. Para que una vivienda sea considerada sostenible según los criterios de la Comisión Europea, debe lograr al menos un 30% de ahorro energético. Como resultado, en promedio, los propietarios podrían experimentar un ahorro anual de entre 3.000 y 4.000 euros, si bien esto puede variar según las circunstancias específicas de cada caso.