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Un aval bancario es un proceso en el cual el banco se compromete a respaldar el cumplimiento de las obligaciones del avalado en caso de incumplimiento de lo acordado en el contrato. Por lo general, los avales bancarios implican el compromiso de realizar un pago de una cantidad específica si surgen problemas o incumplimientos en los términos establecidos al inicio de contratos como compraventas, licitaciones, ejecuciones de obras, entre otros.
Es importante tener en cuenta que, desde la perspectiva de los bancos, esta transacción se considera como un tipo de préstamo. En caso de que el aval sea reclamado por el beneficiario, los solicitantes deberán reembolsar esa cantidad al banco a través de cuotas.
Tipos de avales bancarios
Según los criterios de clasificación que se empleen, es posible encontrar diversos tipos de avales bancarios. A continuación, te presentaré los más comunes y relevantes en la actualidad.
Según la duración
Según el tiempo de vigencia, los avales bancarios se dividen en varios tipos. Por un lado, están los de plazo determinado, que tienen una fecha de inicio y de caducidad establecida al obtenerlos. Por otro lado, los de plazo indeterminado son avales que permanecen vigentes hasta que se cumplen las obligaciones o condiciones del contrato.
Según las condiciones del aval
Existen tres modelos diferentes de avales bancarios, cada uno con condiciones distintas para que el beneficiario pueda solicitar el pago. Estos son:
- Avales bancarios simples: Antes de realizar el reclamo al banco, el beneficiario debe comunicarse primero con el avalado.
- Avales solidarios: El beneficiario puede realizar el reclamo tanto al avalado como al avalista, según le convenga.
- Avales independientes: El avalista está obligado a pagar la suma estipulada cuando el beneficiario demuestra que el avalado ha incumplido con lo acordado.
Según el tipo de obligación garantizada
Existen dos tipos de avales bancarios según las obligaciones que se garanticen. El aval técnico se asegura de que el avalado cumpla con compromisos no financieros, como en contratos de obras, administraciones públicas o acuerdos con proveedores.
Por otro lado, los avales económicos representan el compromiso del banco de realizar un pago si el avalado no lo hace, siendo común en contratos de alquiler.